Nacido el 2 de abril de 1971, entre el olor a yeso y el polvo de bronce impregnado. En los brazos de una madre bondadosa y un padre de manos rudas, dignas de su oficio. A los 4 años, comienza a labrarse la historia de aquel que se descubrió jugando entre el ruedo de un palenque y un gigante de barro.
Corriendo, subiendo y bajando una y otra vez, aquel niño se divertía con lo que ya era su destino.
Aquel lugar donde los atlantes habitaban.
Aquel donde el equilibrio y la armonía se convertían en gigantes acurrucados entre ciudades futuristas.
Fantasías que lo persiguieron por el camino de su vida.
Así, el joven descubre que no nació creativo. Que lo creativo llegó a él como una necesidad inestable de ideas, destruyendo y construyendo. Ideas que dan paso a horas de insomnio, locura y metamorfosis. ¿Cuál camino? ¿Qué identidad? ¿Qué deseo? Soledad, rebeldía, carácter surgen preguntas y dudas. Comienza una comunicación interior irritante.
Interrogantes se abren ante él…
¿Crear esculturas como los adonis griegos con lujo de detalle o ser tan ligero como una línea trazada en una hoja de papel en blanco, sin pretender decir nada, solo existir? Transitando los años y fraguando vida y oficio. Pasan los años, redescubriéndose cada día, cada noche.
Aquella primavera alguna vez inmersa en fuego, ideas, pasión y ritmo.
El redescubrimiento nace.
Las angustias resurgen.
La estética de los trazos simples interrumpe y taladra.
Ecos de identidad.
Entre fuego y cenizas llega la magia del “¿para qué?”.
¿Simple o complicado?
¿Complicado o simple?
Movimiento y fluidez en un diálogo.
Vuelve a tu primavera, querido otoño.
Que lo básico sea elemental y lo
elemental sustancial.
Soy Paco Ramírez, hijo de un hombre forjado en fuego y una madre amorosa.
Soy lo que en la piedra existía.
Soy lo que se redescubrió siendo el
amante imperfecto de la ausencia.
Soy el que dialoga con la nada y encuentra.
Soy, por consecuencia, nacido un 2 de abril con destino a su materia perpetua, en espera de volver al barro donde alguna primavera moldee nuevamente la ausencia.